En la década de los 70, Aldeas SOS nace con el objetivo de brindar atención de calidad a niños en riesgo social o en estado de orfandad. Algunos de los pequeños que poco a poco se integraron al lugar padecían discapacidad intelectual y/o física, sin embargo, fueron recibidos con amor; brindándoles educación, alimentación, salud y protección, entre otros.

 

Para asegurarles cuidados enfocados en sus necesidades, desarrollar sus habilidades, fomentar su autonomía y promover su inclusión social, esos niños fueron reasignados a las instalaciones de Aldeas SOS en Valle de Ángeles. Eventualmente llegaron a la adolescencia y la adultez, lo que traería nuevos retos y dificultades, ya que el donante que sostenía el centro decidió retirarse precisamente por tratarse de una población de adultos con limitaciones especiales, que representaba mayores responsabilidades.

 

Ante esa situación, Aldeas SOS se vio en la necesidad de buscar una organización que abrazara la causa de brindar protección y cuidados a adultos con discapacidad intelectual en estado de orfandad. Es así que cede la dirección del hogar a la Coordinadora de Instituciones y Asociaciones de Rehabilitación en Honduras, CIARH, que adopta el proyecto, pero que en poco tiempo se da cuenta que les resulta imposible sostener un programa 24/7, que requiere de un amplio presupuesto para alimentación, personal, medicamentos y otras necesidades. No había capacidad para tanto.

 

Ante el panorama desolador de un futuro incierto, movidos por la solidaridad y conscientes de los enormes retos que implicaba sostener a esta pequeña comunidad, algunos miembros de la junta directiva de CIARH deciden rescatarlos del abandono y crear la Fundación Hogar Los Ángeles, que actualmente brinda atención psicológica, médica, pedagógica, terapia física y ocupacional, vivienda, alimentación y cuidado a 75 residentes procurando su bienestar integral y asegurándoles una vida digna.

 

Cada día representa una nueva alegría en el Hogar Los Ángeles, donde nos mueve el amor al prójimo y donde tú también puedes aportar para mejorar las condiciones de vida de sus residentes. Como afirmó Martin Luther King, “Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano”.